30 septiembre, 2023

Bolsonaro autorizó a militares a «conmemorar» el último golpe de Estado

Revocó una orden emitida en 2011 por la entonces presidenta Dilma Rousseff y dió luz verde a las celebraciones en los cuarteles del levantamiento del 31 de marzo de 1964 contra Joao Goulart

El presidente brasileño Jair Bolsonaro autorizó a realizar «las conmemoraciones debidas» en los cuarteles por el 55° aniversario dellevantamiento castrense que el 31 de marzo de 1964 instaló la última dictadura militar en Brasil, que duró 21 años.

«Nuestro presidente determinó que el ministerio de Defensa realice las conmemoraciones debidas relacionadas con el 31 de marzo de 1964, incluyendo (la lectura de) un orden del día  que ya fue aprobado por nuestro presidente«, informó al periodismo el vocero del gobierno, Otávio Rego Barros.

Sin dar muchas precisiones, Rego Barros indicó que las celebraciones deberán ser acordes con «aquello que los comandantes consideren dentro de sus respectivas guarniciones, y dentro del contexto en que deban realizarse«.

Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 64 años, rechaza que la sublevación que derrocó al presidente João Goulart y gobernó el país hasta 1985 haya sido un golpe de Estado, y en cambio considera que ese movimiento «de civiles y militares» permitió derrotar a las guerrillas izquierdistas e impedir la instalación de un régimen comunista en Brasil.

«El presidente no considera el 31 de marzo de 1964 un golpe militar. Considera que la sociedad reunida, percibiendo el peligro que el país estaba viviendo«, consiguió ese día, uniendo a «civiles y militares, recuperar y devolver a nuestro país el rumbo» y que «si eso no hubiese ocurrido, hoy tendríamos aquí algún tipo de gobierno que no sería bueno para nadie», afirmó el vocero.

Bolsonaro ha sido siempre un férreo defensor del régimen militar brasileño y desde que llegó al poder ha reivindicado también a otras dictaduras militares en Latinoamérica, como la del paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989) y la del chileno Augusto Pinochet (1973-1990).

Hace dos años, Bolsonaro afirmó que «el error de la dictadura [brasileña] fue torturar y no matar«.

Durante su votación a favor del impeachment a Dilma Rousseff en 2016, el entonces diputado Bolsonaro elogió al torturador de la mandataria, que purgó varios años de cárcel por su colaboración con un grupo guerrillero.

En 2011, Rousseff ordenó a todos los brazos de las Fuerzas Armadas suspender cualquier actividad que conmemore la dictadura.

Según la Comisión Nacional de la Verdad, hubo durante la dictadura brasileña 434 asesinatos cometidos por cuerpos represivos, así como centenares de detenciones arbitrarias y de opositores torturados.

Documentos estadounidenses desclasificados el año pasado revelaron que la eliminación de disidentes se decidía en el palacio presidencial.