Fasciolosis: una enfermedad frecuente en la Patagonia
Los animales la contraen al ingerir pastos contaminados. No provoca síntomas específicos y puede originar la mortandad en ovinos. Requiere un tratamiento integral que implica el uso adecuado de antiparasitarios luego del diagnóstico y un buen manejo de la majada.
La Fasciolosis es una enfermedad que produce un parásito denominado “Fasciola hepática”, aunque comúnmente se lo conoce como “Saguaypé”.
En el ciclo biológico de ésta patología interviene un caracol, que actúa como huésped intermediario. “Este caracol se encuentra en zonas con condiciones de humedad y temperatura adecuadas para su desarrollo y supervivencia, como aguadas, canales de riego, arroyos y mallines”. Así lo explicó en el programa radial “El INTA en la Patagonia” que se emite por Radio Nacional Bariloche, Marcela Larroza, especialista en parasitología en rumiantes, integrante del Grupo de Salud Animal y responsable del Laboratorio de Parasitología del INTA Bariloche.
Según detalló “los animales se contagian al ingerir pastos contaminados con formas infectantes de Fasciola hepática, no identificables a simple vista. Una vez ingerida, la fasciola se ubica, crece y parasita en el hígado tanto en ovinos, caprinos, bovinos e incluso humanos”.
En nuestra región, se desarrolla especialmente en la zona de cordillera y precordillera, ya que al tratarse de ambiente húmedos, el caracol puede completar su ciclo. Eso posibilita que su presencia sea constante.
Síntomas
Una particularidad de la Fasciolosis es que la sintomatología es inespecífica, es decir, no hay síntomas o signos que sean un indicador específico de la enfermedad. En este sentido, Larroza advirtió que “los síntomas de fasciolosis en animales son generales a varias enfermedades, como ser: anemia, pérdida de condición corporal y de peso, desmejoramiento general del animal. Un signo que debe llamar la atención es el edema en la papada, que puede ocurrir en casos de fasciolosis crónica. Ante esos indicios es necesario realizar un análisis de materia fecal del animal que permita el diagnostico mediante la identificación de los huevos de Fasciola hepática ”, especificó la especialista.
Tratamiento
La investigadora detalló que parte del ciclo del “Saguaypé” “se desarrolla en los animales, quienes liberan al medio ambiente los huevos, con la materia fecal, mientras que otra parte del ciclo se desarrolla en el ambiente, donde es más difícil intervenir debido a la presencia de colonias de caracoles y pasturas contaminadas”.
Sin embargo para ambas situaciones hay acciones que pueden llevarse a cabo por parte de los productores ganaderos para tener un mayor control sobre la enfermedad.
“En caso de que los animales estén parasitados es importante tratarlos con antiparasitarios fasciolicidas, pero además hay que llevar a cabo un control integrado con medidas de manejo animal y ambiental que minimice el riesgo de contagio”, relató Larroza.
Algunas de estas medidas son limitar el acceso al pastoreo en zonas donde se identifiquen colonias de caracoles, mejorar los drenajes de agua en áreas pantanosas y limpiar los canales de riego.
La especialista agregó que “para evitar contagios es importante también tener en cuenta algunas medidas cuando se compran animales”. Por ejemplo “obtener información sobre el ambiente del que provienen los animales y tener un periodo de cuarentena donde los animales recién llegados estén separados de la majada general, realizar análisis de materia fecal y desparasitarlos en caso de que sea necesario, antes de su ingreso a los potreros donde pastorea el resto de los ovinos. De esta manera se previene la contaminación de las pasturas y la parasitación de los ovinos de la majada”.
Respecto a la aplicación de antiparasitarios la investigadora aclaró que para utilizarlos “debe haber un diagnóstico previo”, ya que no es conveniente administrarlos de manera fija o programada. Además resaltó que “si hay que hacer varios tratamientos a lo largo del tiempo, es necesario rotar las distintas drogas fasciolicidas que existen en el mercado de modo que el animal no genere resistencia a una droga, y ésta deje de ser efectiva”.
También recomendó que no se debe dar dosis fijas a todos los animales. “Lo ideal -explicó- es pesar a los animales de forma individual y dar a cada uno la dosis de antiparasitario que le corresponde según su peso. Si esto no puede hacerse, por ejemplo en majadas muy grandes, es conveniente separar los animales por categorías, y calcular la dosis para cada categoría tomando como referencia los animales más pesados”.
Larroza aconsejó que “se pueden aprovechar los movimientos de animales que se realicen en esta época para tomar muestras”. “Lo ideal -dijo- es tomar muestras de 15 animales por cada categoría y de cada portero y así tener los análisis coprológicos realizados previamente a la esquila, para poder planear las desparasitaciones en caso de ser necesarias”.
Dra. Marcela Larroza
larroza.marcela@inta.gob.ar
Área Producción Animal
INTA Bariloche