29 marzo, 2024

Revisionismo con perspectiva de gènero

El velo de las obreras

La investigadora española Sara Martín Gutiérrez analiza el movimiento de mujeres obreras católicas, su conformación y las rupturas con los moldes de género instalados durante la dictadura de Franco.a

Las activistas de la HOAC supieron construir, frente a los modelos de conducta católicos, sus propias prácticas como mujeres obreras. La investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, Sara Martín Gutiérrez, reconstruye la historia de las obreras nucleadas en la Hermandad Obrera de Acción Católica. En particular, estudia cómo los discursos religiosos se contradecían con la realidad de estas mujeres, inmersas en la lucha por mejorar sus condiciones laborales.

“Lo interesante que puede aportar el conocimiento histórico es no solo ver de dónde venimos sino cuáles han sido las luchas, las maneras que tenían de organizarse estas mujeres, primero a través de redes solidarias, luego a través de grupos y haciéndose visibles dentro de las propias estructuras sindicales”, adelanta la investigadora, en diálogo con Agencia CTyS-UNLaM.

La España de los años ´40 había pasado por graves conflictos sociales y políticos. Con el golpe de Estado de Franco, en 1938, su totalitarismo y la represión, eran pocos los espacios de socialización permitidos. La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) era uno de ellos, donde se desarrollaban trabajos de caridad y de formación cultural con el foco en la realidad social.

Según Martín Gutiérrez, en este periodo se inició un restablecimiento de antiguos valores tradicionales encarnados en la mujer. Así, tanto la Iglesia como el Estado apelaron al arquetipo de la virgen María y del ama de casa burguesa como camino a seguir. Humildad, sacrificio y sumisión serían los rasgos de la formación en las obreras.

“Dentro de la Acción Católica de Italia y España –explica- había un mismo modo de ser mujer: el modelo del hogar, de la madre y esposa como educadora de los hombres y mujeres del mañana era el modelo moralizador de la Iglesia Católica. Esto fue común para las mujeres de todas las clases, y fue defendido por aquellas que pertenecían a una clase alta o media alta”.

Desde esta visión, el trabajo asalariado femenino iba contra los principios de la organización, que bregaba por la labor doméstica y el alejamiento de la esfera pública, en la que solo participarían los varones.

Sin embargo, la historiadora encontró que, aún con su mandato conservador, la HOAC no pudo obviar la desigualdad que vivían sus integrantes obreras: en su revista Para Nosotras se reafirmaba, por un lado, el papel de madres-esposas y se describía el ambiente fabril como un espacio no apto para mujeres, al tiempo que se las animaba a clamar por sus derechos laborales.

Según Martín Gutiérrez, las mujeres tomaron consciencia de su doble estigma por género y por clase. Así comenzaron a romper un molde puesto a la fuerza que nada tenía que ver con sus realidades concretas, y se unieron a las manifestaciones públicas de los trabajadores, pero sin descuidar las labores familiares, uno de los mandatos más sólidos para con ellas.

“La toma de conciencia en torno a la desigualdad y las injusticias para con la clase obrera, así como la formación recibida dentro de la HOAC fueron las claves del inicio de una serie de actuaciones que no dejarían de generar tensiones entre la Iglesia, el Régimen y los grupos de especialización obrera de la Acción Católica”, detalla la historiadora en su investigación.

En esa línea, las mujeres obreras formadas con los valores religiosos de la acción y la caridad llevaron estos atributos a espacios de organización clandestina, en los que muchas de estas mujeres tuvieron que enfrentarse a la represión estatal. El aprendizaje en materia de leyes, normativas legales y la lectura colectiva de periódicos instó a las mujeres a actuar con la premisa de luchar contra la desigualdad social.

Por último, la especialista rescata el lugar que tuvieron las mujeres en las huelgas. “Si ellas no hubieran estado allí-concluye- muchas huelgas no se hubiesen sostenido tanto en el tiempo. Todo eso ayuda a tener herramientas para ver cómo afrontar las luchas de hoy”.

Carolina Vespasiano (Agencia CTyS-UNLaM)